La maternidad es una de las experiencias más desafiantes en la vida de una mujer y es también una de las más habituales de ser juzgada. La lactancia no es la excepción, si llevas una lactancia «prolongada» enciendes las alarmas porque tu bebé «ya está muy grande», pero si lo amamantas muy poco tiempo o derechamente no das lactancia las miradas también se ponen sobre ti.
MADRES QUE DECIDEN DARLO TODO POR AMAMANTAR:
Existen mamás que decidieron amamantar y por uno u otro motivo no lo lograron. De seguro algunas invirtieron mucho tiempo, energía y dinero en lograr una lactancia exclusiva, y aun así no fue posible. Probablemente hubo motivación y ahínco, cansancio, frustración, rabia y luego aceptación, entre tantas otras emociones.
Quizás sintieron angustia de no poder alimentar al propio hijo y “no ser suficiente”, además de pena, culpa y crítica.
La maternidad es una de las experiencias más emocionantes y desafiantes en la vida de una mujer. Para muchas madres, la lactancia materna es una parte importante de esa experiencia. Sin embargo, a veces las cosas no salen según lo planeado.
Cuando una madre no puede amamantar a su hijo, puede sentir una variedad de emociones abrumadoras.
Es importante que las madres sepan que no están solas en este viaje y que hay muchas opciones disponibles para ellas y sus bebés. Si estás luchando para amamantar a tu hijo, no te rindas. Hay muchas formas de alimentar a tu bebé y establecer un vínculo emocional fuerte y saludable.
Una de las opciones es la alimentación con biberón. Si decides alimentar a tu bebé con fórmula, asegúrate de elegir una fórmula de alta calidad y seguir las instrucciones cuidadosamente para prepararla y administrarla.
También es importante establecer un horario regular de alimentación y asegurarse de sostener al bebé mientras se alimenta para fomentar el contacto piel con piel y el vínculo emocional.
LACTANCIA Y VINCULACIÓN:
Y si bien sabemos que los beneficios de la lactancia materna son innegables, amamantar no lo es todo. Existen mujeres que amamantan y no logran vincularse con su hijo, ni responder efectivamente a sus necesidades.
El poder del amor y del vínculo va más allá de la leche, es un poder que está dentro de ti. Tú puedes elegir como vincularte con tu bebé y convertirte en alimento no sólo para su cuerpo, sino para su alma.
Incluso, puedes buscar formas de hacer de la alimentación con mamadera algo cercano a la lactancia, por ejemplo ¿por qué no dar una mamadera en contacto piel con piel?.
También puedes brindarle un espacio al contacto y cercanía física a través del masaje, practicar el colecho seguro, porteo ergonómico y lo más importante, hacerle sentir que estás ahí para él o ella.
Puedes considerar la lactancia inducida. Esto es cuando se estimulan los senos para producir leche, incluso si nunca antes has amamantado. Aunque puede ser difícil y llevar tiempo, muchas mujeres han logrado con éxito establecer la lactancia de esta manera.
Recuerda, la maternidad es una experiencia única para cada mujer y no hay una forma «correcta» de hacer las cosas. Lo más importante es encontrar una opción que funcione para ti y tu bebé, y hacer lo mejor que puedas. ¡Mantén la cabeza en alto y sé amable contigo misma!
No amamantar no te hace menos madre, la madre perfecta que tu hijo necesita eres tú, en tu mejor y más auténtica versión (con o sin leche materna).
Carolina Rubio Morales
Enfermera, Mg.
Consejera de Lactancia, Doula, Guía de Masaje Infantil
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