Existe abundante información respecto a lo importante que es tener un sueño de calidad durante la infancia, y cómo este influye en el crecimiento y desarrollo, en el aprendizaje, la calidad de vida y la salud en general. También se habla bastante sobre la mantención de una adecuada higiene del sueño en la etapa adulta, pero ¿cómo logramos esto y qué tanto nos afecta siendo madres? El periodo de la maternidad con hijos recién nacidos y en sus primeros años de vida suele ser un gran desafío en términos de cuidado del sueño materno.
Coincidentemente, es tal vez una de las etapas de la vida adulta donde necesitamos más energías y “aguante” para el día a día.
El buen dormir como factor clave para la crianza
En el posparto se produce un gran cambio, ya no duermes cuando lo deseas, sino cuando puedes, tratas de acoplarte a los ritmos de sueño y vigilia de tu bebé e intentas adaptarlo a tus otras necesidades y a las actividades de la vida cotidiana. Tus patrones de sueño habituales se desorganizan y las características del sueño también, duermes menos y más fragmentado. Todo ello a raíz de tu nuevo ritmo de vida y a los cambios hormonales que te has enfrentado en el posparto.
Cuando la calidad de sueño se ve deteriorada o las horas de sueño se vuelven insuficientes la calidad de vida se ve afectada y el rendimiento durante el día disminuye. La atención y la capacidad de reacción son menores, se presentan cambios de humor con mayor facilidad, se afecta el estado de ánimo y la memoria. Todas estas alteraciones afectan la calidad de los cuidados al bebé, pues tienes menos energía para las labores de cuidado y crianza, puedes sentirte menos estable, con menos paciencia y con menos capacidad de sobrellevar los desafíos de esta etapa, causando cansancio y pudiendo afectar tu estado emocional. Tu descanso como mamá y principal figura de apego y cuidado de tu bebé es fundamental, necesitas estar bien para que tu bebé esté bien y para que puedas disfrutar de esta etapa sin una sensación de “carga” que no puedes sobrellevar. El buen dormir es un factor clave para la crianza.
Estrategias para un buen descanso en el post parto
Para enfrentar este periodo, intenta buscar las estrategias que más te acomoden: puedes “dormir mientras el bebé duerme” (a algunas mamás les resulta y a otras les cuesta), intenta hacer siestas durante el día, organízate con tu pareja u otra figura de apoyo para que logres un mayor tiempo de descanso durante las noches.
La práctica de lactancia y colecho seguro también puede ayudar a una mejor calidad de sueño, ya que te permite responder más rápidamente a las señales tempranas de tu bebé (y así lograr que vuelva a conciliar el sueño rápidamente) y el aumento de la oxitocina ( “hormona del amor”) generado al amamantar ayuda también a disminuir la ansiedad y relajarte para poder dormir.
"Evita las pantallas previo a la hora de sueño, busca elementos que te relajen (una ducha tibia, música de tu gusto) y recuerda que cuidar tus necesidades de sueño te ayudará a ti y a tu bebé, tanto en el corto como en el largo plazo."
Carolina Rubio Morales
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